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lunes, 12 de febrero de 2018

UNA CONVERSACIÓN CON GABRIEL PEREIRA SPURR .: Nueva música cósmica rural sudamericana


Superspace Records, mi sello, es un oasis de música visionaria que no radical las más de las veces. De tanto en tanto diversos artistas me envían sus elucubraciones sonoras. Para mi desgracia, o quizás no, la mayoría de esas veces tengo que rechazarlos pues o son muy indies o muy heavy stoners o, peor aún, risibles refritos. Incluso para Perú Avantgarde llegan a enviarme notas de prensa y discos de brit pop, post punk y demás yerbas. Paso. Como les iba diciendo algunas de esas veces los astros se alinean y llegan a mis oídos verdaderas obras de arte. Me pasó con Julio Cafarena de Chile, con quien hemos lanzado ya varios documentos, o con el locaso James T. Rao de Orange Cake Mix.  

Desde Buenos Aires el uruguayo Gabriel Pereira Spurr, quien el próximo mes cumple 60 (¡¡gracias sooper kosmos por darnos tanto!!), nos envía el que debe ser uno de los discos del año, el cual ni cortos ni perezosos publicamos en one por Superspace. "Monopolio" es un trip de 8 temas y 57 minutos donde los legados de Robert Fripp, Brian Eno y Dave Pearce de Flying Saucer Attack diseñan colores, ecos, visiones y guitarras ambientales que harán de la más insulsa rutina un portal al nirvana. 

Pereira ha creado con eximia inventiva una obra maestra del post rock cósmico sudamericano. Tiene mucho que decir. Se siente en cada timbre de su viola, en sus acoples taladrantes, en esas voces tratadas con decenas de efectos, en los horizontes que nos regala. Ven y disfruta con nosotros en Superspace la nueva música cósmica rural sudamericana.

Cuéntanos sobre tus inicios en la música alterna. ¿Qué bandas te formaron o escuchaste de adolescente y en la primera juventud? ¿Cómo llegaste a la escena space rock psicodélica?

La elección caprichosa que realiza mi memoria me ubica a fines de los 60 en un Uruguay que no fue inmune a las fuertes corrientes socio-políticas-culturales que atravesaban Latinoamérica. Mi llegada a la escucha masiva de música alterna se da por un camino lateral. La literatura. Mis lecturas corrientes abarcaban desde Bakunin y Proudhon hasta Nietzsche, pasando por el conde de Lautrèamont, Bertrand Russell,  Ezra Pound y César Vallejo. Pero la llave fue la beat generation, y en particular las novelas de Jack Kerouac. Los beatniks escuchaban jazz y yo escuché jazz. El disco catalizador fue Gongs East de Chico Hamilton, con Eric Dolphy en saxo alto. Después, casi de inmediato, con ese gran sponsor que es la muerte, comenzaron a llegar las grabaciones de Jimi Hendrix y todo fue diferente. Y arribaron Zeppelin, Crimson y Zappa [cuya mención era retaceada debido a que mucha gente no lo consideraba “serio” (algo así como “me gusta Zappa, pero prefiero que no me vean con él)] y…. por esos misterios insondables, y detrás de una multitud de músicos con una popularidad mucho más acentuada… The Residents. Con el correr de las décadas hubo saltos naturales de un género a otro, pero esos saltos siempre estuvieron presididos (como escucha) por la completa falta de mapa, por el riesgo que implica adentrarse en zonas ciegas sin resguardo, algo que como manipulador de sonidos, también me apasiona.
En cuanto a mi aproximación a la escena, es simple; se debe pura, exclusiva y demoledoramente a la red. El noventa por ciento de mis contactos de Facebook son personas que no conozco, pero cuyo trabajo, como parte de esa escena, me parece extraordinario y dado que no tengo empacho en  reconocer este tipo de situaciones se fue creando una sutil red de vínculos que hicieron que naturalmente ocupe un lugar (tan virtual como esa red) indeterminado. No fue algo fruto de la estrategia. Prefiero la espontaneidad a ultranza. 

¿Cómo es la escena de avanzada de Uruguay tu país o de Buenos Aires donde resides?

En cuanto a la escena uruguaya, la verdad, no mucha tengo idea. Las pocas noticias, qué paradoja, me han llegado a través de Fiorella16, que es un músico peruano cuyos trabajos me parecen súper interesantes, en una conversación que mantuvimos hace pocos días. Mencionó que había una escena con buenas bandas en desarrollo. Este desconocimiento de mi parte es natural; a pesar de la cercanía ya llevo treinta y cuatro años viviendo en la Argentina. En relación con Buenos, debo decir que hay artistas de grandiosa talla como Zulu Souvenir, Zigo Rayopineal, Criadero en Seres y los que mi limitada memoria selectiva obvia. Un párrafo aparte merece la escena del interior. En Mendoza están Simón Miguelo y Eduardo Arauz y entre Villa Ballester y Trenque Lauquen, ciudad situada a quinientos kilómetros de Buenos Aires, se da mi proyecto paralelo Dronosaurio, con Mario Ayala Herrera y Néstor Polenta, de generación de música a distancia. En rigor de verdad, hace seis meses no nos conocíamos y ya teníamos un disco editado en Carbono Proyecto de Fabián Racca, en Santa Rosa, La Pampa. Dronosaurio es otro fruto de la red, dado que surgió por el conocimiento de los anteriores proyectos de Mario Ayala Herrera, un músico magnífico que viene trabajando desde hace treinta años en la escena experimental sin el reconocimiento que a todas luces merece. El tiempo obrará justicia.



Tu disco por Superspace Records, “Monopolio”, casi no parece partir de improvisaciones, se escucha todo bien estructurado, sin vacíos ni dudas en la performance. Imaginamos que has usado varios canales por cada pieza. ¿Cómo fue el proceso de creación de Monopolio? ¿Quiénes participan? ¿Qué instrumentos, efectos y software usaste? Por momentos suena a un cruce volado entre Robert Fripp y Flying Saucer Attack.

Uf! De atrás hacia delante, gracias por la comparación con don Roberto y Flying Saucer Attack, cuya música en los noventa consumí con fruición. En cuanto a la estructura de Monopolio, como todos mis emprendimientos el componente improvisación resulta indispensable. La base la brinda la teoría de la construcción fonética: primero el sonido, luego el lenguaje. El paso siguiente, que en realidad solicita un esfuerzo largamente previo, es el desarrollo sin pensamientos secundarios del dominio de la técnica. No apelar a regrabaciones y soltar sin más, porque creo firmemente en que no podemos dar más que lo que damos en ese momento determinado. En definitiva, cómo puedo “mejorar” una toma? ¿Cuáles son los parámetros que indican que he llegado al óptimo? ¿Dónde, para tornarlo académico, debo parar la recopilación de datos y elaborar la hipótesis? Todas estas disquisiciones me desgastan. No hay más notas que las que aquí, ahora. Como verás, acabo de mostrar la hilacha zen.
Monopolio fue creado íntegramente en mi pequeña casa, con una vieja pc corriendo  Windows XP y en un Pro Tools LE prehistórico alimentado por una Fast Track Pro de Maudio. Como instrumento utilicé una guitarra Fernandes Revolver Pro 81 con Fernandes Sustainer, tocada ocasionalmente con ebow y mis pedales son un Pixel, que es una suerte de sinte para guitarra de la marca argentina Dédalo, una maravilla; dos fuzz, Tesla de Lee de Forest (otra marca argentina de alto nivel) y un Biyang de excelentes resultados; dos pedaleras, una g1xon de Zoom y una M5 Stompbox Modeler de Line 6; un Whammy V de Digitech, y un pedal de volumen Morley de los 90. Todo eso redondeado por un delay DL4 de Line 6. En cuanto a teclados, un controlador midi y tecnología VST. Toda la ejecución me pertenece. Pero hay algo que cierra sin fisuras toda la arquitectura de Monopolio y es el arte de Hernán Cassiodoro. Cuando le envié las pistas para que elaborara la tapa intuía que el resultado me iba a satisfacer; me quedé corto.

¿Cómo ha sido recibimiento del público a tu música en concierto? ¿Algún feedback de la prensa quizás? 

Ha sido notable. Me he topado invariablemente con comentarios laudatorios, con gente que lo expresa hasta con emoción. Es más, me he reencontrado con gente que estuvo en alguna esporádica presentación de algún proyecto de hace veinte años y que me ha dicho: no sé que pasó esa noche, pero algo pasó. Entiendo, pero con cierta tristeza, y no por una cuestión de trascendencia, que el hecho ha quedado asentado como un mojón, y como cualquier mojón que se precie, es inamovible. No puede ser trasladado a la dinámica de todos los días, porque para esas personas esa dinámica tiene una lógica diferente. Responden positivamente como excepción puesto que reaccionan a un abanico de sensaciones que previamente tienen en agenda. Si no estás allí es más fácil eliminarte. Y aquí entra en el juego el papel de la prensa, que por supuesto es paupérrimo, porque prefiere el confort de la mediocridad antes que el riego del desaire. Por lo tanto no difunde. El feedback con la prensa es inexistente.

De tu discografía ¿qué documentos recomiendas a los lectores de Perú Avantgarde darles una escucha atenta?

Parafernalia, que anda por Free Music Archive, Lim Boh, que es el trabajo inmediatamente anterior, en Carbono Proyecto Records y, sin lugar a dudas, el próximo, que se va a llamar Amusia y espero que salga por Superspace Records.

¿Cómo afecta el ambiente socio político argentino actual a tu creación musical?

Definitivamente de manera positiva, porque es tan negativo que despierta y mantiene vivo mi espíritu de resistencia. La estulticia de aquellos que en este momento se encuentran en el poder en la Argentina es simplemente avasallante y es por supuesto, la síntesis de sus votantes. En la Argentina de hoy la cuestión es clara. Dominio de los medios de producción, y dominio absoluto de los medios de comunicación. Este último factor es fundamental. Luego de décadas de ablandamiento han logrado que la gente repita, sin el más mínimo análisis, cualquier slogan que se le imponga. La contratara es que ellos, desde esos mismos medios pueden verter declaraciones que los exponen sin la más mínima reacción. Hace poco el Presidente del Banco Central de la República Argentina, por radio, dijo: “la Administración anterior enfocaba sus esfuerzos económicos en el desarrollo del consumo interno. A nosotros el consumo interno no nos interesa, queremos la inversión extranjera”. ¿Alguien tiene dudas de que hay algo más atractivo para la inversión extranjera que un alto índice de desocupación, además de un debilitamiento pronunciado de los derechos de los trabajadores?  Por ahí vamos.

¿Brian Eno o Kevin Shields?

Ah, Eno, sin lugar a dudas, desde Roxy Music hasta Reflections y Sister un profundo agradecimiento.

¿Qué planes futuros con tu arte?

No planes; he llegado hasta aquí surfeando el oleaje ominoso a medida que aparece. Que la suerte haga que la providencia esté de mi parte es un viejo chiste de Aldous Huxley. Estoy de acuerdo. ¿Por qué debería cambiar?

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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